Hoy le preguntaba a mi esposo si será que la gente pensará que me volví loca. Creo que él siempre lo ha pensado así que en su forma especial de comunicarse solo asintió, se rió y me abrazó.
La bifurcación de caminos es una constante de la vida. En lo personal, esas imágenes de “The Road Less Travelled” nunca me abandonan. No sé si realmente existan personas que tienen ya toda la ruta definida desde el inicio, o a partir de algún hito en su historia, pero yo no soy una de ellas.
A veces me pregunto si las opciones y los caminos que he tomado son realmente elección mía o intervención divina. En este momento de mi vida pienso que un poco de ambas cosas… y fe. Cuando hablo de fe, en parte me refiero a la vivencia religiosa, pero por otro lado simplemente a vivir confiando que por algo estoy aquí en este momento.
Hay personas que son muy cautelosas y siempre cuestionan. Yo eso lo valoro mucho porque no necesariamente soy así. Probablemente evitan llevarse muchos chascos. Algunos pensarán que yo sigo el flow, pero tampoco es así.
Internamente hay un conflicto siempre. Debato conmigo misma sobre qué caminos tomar, y con mucha frecuencia busco validación de mi círculo más íntimo. Hasta ahora mi resultado siempre ha sido el mismo… el camino menos pensado, el menos seguro, el menos trillado… es el que yo elijo.
Lo elegí cuando emprendí mi carrera profesional. Recuerdo tantas veces cuando era más jovencita que miraba el reloj y pensaba ¿Quién más está en esto?, ¿Cuántos de mis compañeros estarán pasando páramo como yo? ¿Cuántos estarán de rumba, durmiendo, con sus familias, etc.?
¿Yo? Alma, corazón y vida a ese camino que hoy en día veo que no es el más recorrido pero que me convirtió en quién soy hoy. Una profesional. Con defectos y virtudes, con mayor o menor éxito, pero una PROFESIONAL.
En algún momento decidí con quien me iba a casar, y más importante, luego decidí dar oportunidad a una relación que más bien necesitaba como terapia de shock. El camino que estadísticamente es el menos trillado fue el que yo elegí, y hoy en día, solo después de 10 años y varios “asaltos” bien peleados puedo decir que finalmente hoy soy una ESPOSA.
Bueno y el tema que nos roba la calma. Cuando el objetivo es la MATERNIDAD todas tenemos miles de caminos que considerar. Opciones médicas, opciones de manejo emocional, opciones holísticas, opciones naturistas, opciones quirúrgicas, opciones legales, etc. Etc. Etc.
¿Qué ruta tomar? Este es realmente un dilema INMENSO. Opino que el dilema en sí probablemente complica más que ayudar a la causa, pero de primera mano entiendo que es una lucha diaria y constante.
Yo tomé algunas rutas inusuales, otras más tradicionales porque la verdad es que así son las cosas. Aquí el tema no es cómo llegar al éxito sino cómo alcanzarlo sin perderte. Si eres de las personas que siempre toman opciones conservadoras y a su tiempo, sigue así… no te apures. Que no te importe qué piensa la compañera de trabajo, la suegra, la vecina o el médico de tu “pasiera”.
Cuando hice lo que yo consideraba correcto aunque me miraran medio raro, me sentí bien. Me sentí que yo estaba al volante aún cuando no había forma que controlara el resultado. Correctamente porque sobre el RESULTADO no tenemos control, pero sobre el camino SI. El camino nadie te lo quita a menos que te dejes.
Fortalece tu voz, y con seguridad toma TU CAMINO. Eso sí… investiga, pregunta, escucha, llora, baila, lee… sea cual sea la ruta que elijas. Cierto que podemos equivocarnos pero desde que tomas las riendas, comenzarás a sentirte renovada y PODEROSA.
Una vez conversaba con unas amigas más jóvenes que la infertilidad puede ser un camino a la liberación femenina. No sé pero tal vez… Oye al final TU controlas cómo te afectan los golpes, las incertidumbres, las miradas y palabras necias, los fracasos, y TU decides no escuchar a quien te presiona para actuar en alguna forma precipitada o demasiado pausada.
Olvídate de lo que es médicamente, socialmente y económicamente “imposible”. En mi caso el camino siempre será el menos trillado… pero TU tienes el gran regalo de dibujar el mapa del mejor camino para ti y créeme que al final tu(s) hijo(s) te están esperando.
¡Hazlo! ¡Busca y diseña #TuMejorPlanB!